Una guerra muy larga
- Ps. Kike Escobar
- 2 feb 2022
- 4 Min. de lectura
2 Samuel 2:12-32 (por favor leer todo el pasaje Bíblico antes de continuar con el devocional)
Con Israel dividido, hubo una tensión constante entre el norte y el sur, algunos estudiosos de la Santa Palabra, consideramos que esta división fue causada por el argumento espiritual en contra de David al cortar la punta del manto de Saúl en la cueva de Adulan. He ahí lo delicado de levantarme en contra del ungido del Señor.
No obstante, el verdadero rival de David en el norte no fue Is-boset sino Abner. En este incidente, Abner sugirió un “peligroso torneo” entre los campeones de su ejército y los campeones del ejército de David, guiados por Joab. El hecho de que esta confrontación sucediera en el estanque de Gabaón (localizado en el territorio natal de Saúl, Benjamín) nos indica que los hombres de Joab estaban presionando por el norte, obteniendo más territorio. Abner pudo haber propuesto esta confrontación con la esperanza de detener el avance de Joab.
Se suponía que doce hombres de cada lado pelearían entre sí y el lado que presentara más sobrevivientes sería declarado vencedor. El enfrentamiento entre David y Goliat (1 Samuel 17) fue una estrategia militar similar, una manera de evitar un terrible derramamiento de sangre en una guerra sin cuartel. En este caso, sin embargo, la totalidad de los veinticuatro campeones murieron antes de que algún bando pudiera reclamar la victoria. No se logró nada, y la guerra civil continuó. Este combate fue algo diabólico.
Abner advirtió en repetidas ocasiones a Asael que regresara para no perder su vida, pero Asael se negó por el deber que se impuso a sí mismo. La persistencia es una cualidad buena si se usa para una buena causa. Pero si la meta es exclusivamente el honor personal o de algún beneficio, la persistencia puede no ser más que mera terquedad. La terquedad de Abner no solo le costó la vida, sino que además aceleró una desunión infortunada en el ejército de David en los años siguientes. Antes de que decida alcanzar una meta, asegúrese de que la misma valga su devoción.
Los tres hijos de Sarvia la hermana de David eran Joab, Abisai y Asael. Estos eran los sobrinos de David, pero como David era el más joven de los ochos hijos, ellos podían haber sido de la misma edad o más grandes que David. Asael siguió tras de Abner: En la presión y la confusión de la batalla, Asael se acercó lo suficiente a Abner, el comandante de los ejércitos de Is-boset. Se redujo a una simple persecución, y si Asael atrapaba a Abner, seguramente lo mataría. Parece que Asael persiguió a Abner por la gloria de matar al comandante del ejército de Is-boset y para tomar sus despojos como trofeo.
Abner le pidió a Asael que retrocediera por su propio bien. Esto no le hizo mucho sentido a Asael porque parecía que Abner tenía desventaja. Abner también apeló a Asael en el terreno del honor militar. Los oficiales no debían atacar a los oficiales, especialmente cuando podría llevar como consecuencia desagradables represalias y el peligro de un ejército sin líder. Sin embargo, Asael no quiso irse. La súplica de Abner no funcionó, aunque tal vez debió haberlo hecho. Asael estaba demasiado enfocado en su determinación de matar a Abner y aplastar a los ejércitos que se oponían a David.
Es evidente que Abner mató a Asael en defensa propia, era lo único que podía hacer. Sin embargo, su preocupación (¿Cómo levantaría yo entonces mi rostro delante de Joab tu hermano?) era totalmente justificada, y Joab se obsesionaría con vengar la muerte de su hermano.
Joab y Abisai siguieron a Abner: Ahora, algo más que la causa de David los motivaba. Querían vengar la muerte de su hermano Asael. ¿Consumirá la espada perpetuamente? Cuando sus ejércitos estaban en plena retirada, y listos para una batalla de vida o muerte, y cuando dos enfurecidos hermanos buscaban una sangrienta venganza, a Abner se le hizo fácil hacer una petición de paz. Desde luego, era para su ventaja darle una oportunidad a la paz. Entonces Joab tocó el cuerno, y todo el pueblo se detuvo: Joab accedió a que cesara el fuego, probablemente para que su exhausto ejército descansara y para evitar una larga y sangrienta guerra civil.
Hubo larga guerra entre la casa de Saúl y la casa de David: Esto muestra qué tan mal estuvo que Joab aceptara la petición de Abner de cesar el fuego en la batalla de Helcat-hazurim. La verdad era que simplemente no podían llevarse bien, y que no podía haber paz entre el legítimo rey David y el pretendiente al trono Is-boset. El alto al fuego parecía haber mejorado las cosas, pero en la realidad solo las empeoró y los llevó a una larga guerra.
Cuando intentamos hacer las paces entre el Rey Jesucristo y el Rey yo dentro de nosotros, el resultado es una larga y amarga guerra. Es mucho mejor simplemente rendirnos y someternos al reinado de Jesucristo. “En las vidas de muchos Cristianos en la actualidad hay una salvaje, literalmente, guerra civil, entre la carne, el reino de Saúl, que lucha contra el Espíritu, el reino de David, y el conflicto es amargo. Nosotros hacemos lo posible por sostener al vacilante reino del yo, para que pueda existir al menos por un poco más de tiempo. Si tan solo pudiéramos preservar algunos derechos; si tan solo pudiéramos tener algunas cosas a nuestra manera; ¡si tan solo pudiéramos conservar esto o aquello a cualquier costo! Sentimos que debemos reafirmar a este reino del yo, que no podemos dejarnos ser crucificados con Cristo”.
Dios los guarde y los proteja siempre.
Pastor Kike Escobar (WMF)
Unidad Internacional de Oración (UIO)
Restoration Church UK
www.kikeescobar.com
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